Antitrust after Microsoft: The Obsolescence of Antitrust in the Digital Era

Legislación Antimonopolios después de Microsoft:

la obsoletilla de los Antimonopolios en la Era Digital

 

Sinopsis: enero/febrero 2001

Escrito por: David B. Kopel

Publicado en: Intellectual Ammunition

Fecha de publicación: 1 de enero, 2001

Editorial: The Heartland Institute

 

 

En febrero de 2001, el Instituto Heartland publico su noveno libro: Legislación Antimonopolios Después De Microsoft: La obsoletilla de los Antimonopolios en la era de Digital, por David B. Kopel. El libro de 170 paginas se puede comprar por US$8.95 (más US$3.00 de envío) del Instituto Heartland, 19 South LaSalle Street #903, Chicago, IL 60603; teléfono 312/377-4000. También se puede comprar a través la tienda de internet del Instituto Heartland en www.heartland.org.

 

Estados Unidos vs. "Microsoft Corporation", el pleito antimonopolio llevado por el Ministerio de Justicia de los Estados Unidos y 19 abogados estatales en mayo de 1998 contra "Microsoft Corporation", marco el fin de una era de teoría, legislación y acción de las leyes antimonopolio. Las políticas antimonopolicas en el siglo veintiuno serán muy diferentes a las del siglo diecinueve, cuando estas leyes fueron escritas, o las del siglo veinte, cuando las leyes fueron puestas en uso en una serie de casos referentes que definen los términos de la discusión actual.

Del caso de Microsoft surgen, y este libro pretende explicar, un número de preguntas importantes acerca de la viabilidad de las leyes antimonopolio en una era de cambio tecnológico rápido. Los reguladores del gobierno, a menudo deben proceder lentamente para admitir descuidos políticos de sus acciones, permitiendo que la tecnología termine con productos y competidores mucho antes de que se hagan juicios. La ambigüedad de la legislación antimonopolios es particularmente peligrosa para la industria informática, donde las sociedades y las reducciones de precios, son practicas estándar del negocio. El caso de Microsoft y la historia del uso de las leyes antimonopolio revelan la capacidad de los mercados para disciplinar a las compañías que procuran extraer beneficios de monopolio. En última instancia, la mejor trayectoria a tomar puede ser la de derogar el acto de Sherman, la principal legislación del país en antimonopolios.

  1. La tecnología está cambiando más rápidamente de lo que los reguladores pueden moverse.

La industria de la informática (IT) está cambiando tan rápido que algunos observadores han acuñado el termino "tiempo de Internet" para seguir su progreso. Una regla general es que tres meses de Internet igualan a un año de hora estándar.

Desde 1998, cuando "Estados Unidos vs. Microsoft" fue apelado, ocurrieron increíbles cambios en el poder de las computadoras, su capacidad para almacenar información, y la velocidad de transmisión de datos. Algunos productos que constituían la base del caso de Microsoft han desaparecido, cambiado dramáticamente, sido superados por otros, o han sido vendidos o combinados con otros. El resultado es un abanico de productos que sería casi irreconocible a un miembro del jurado o a un jurista  que estudiara el caso Microsoft en 1998.

El cambio tecnológico por sí mismo no significa que el caso Microsoft debería ser abandonado. No significa positivamente que Microsoft sea inocente de prácticas de negocio ilegales con las cuales se lo acusa. Lo que está claro, por cierto, es que las acciones de Microsoft no han parado o más aún, no han retardado el ritmo de innovación tecnológica. De hecho, los productos de Microsoft continúan desempeñando un papel importante para hacer posible esa innovación posible.

La proliferación de nuevos productos y de precios en baja hace difícil defender la afirmación de que los consumidores fueron dañados durante los años '90 por la conducta monopolística alegada a Microsoft. Una explicación mucho más probable de lo qué sucedió durante los años '90 es que el capital gravitó hacia la industria informática porque esta estaba ligeramente regulada por el gobierno y por lo tanto con capacidad de innovar y de crecer rápidamente. Mayor regulación mataría al ganso de oro.

  1. Han surgido nuevos competidores para desafiar el dominio de Microsoft.

La tecnología cambiante ha transformado el mercado en el cual Microsoft compite. Los competidores que alguna vez se quejaron del poder de mercado de Microsoft, se han combinado con otros competidores y transformado en gigantes. Microsoft enfrenta una fuerte competencia de empresas que ofrecen productos de software y hardware que incluso no estaban inventados hace diez "años Internet".

El negocio principal de Microsoft--desarrollo de sistemas operativos para PC- esta siendo seriamente desafiado por Linux y (en menor medida) por Apple. El centro de gravedad para computadoras está alejándose de las PC y acercándose a dispositivos tales como aplicaciones del Internet, ayudantes personales digitales (PDA), teléfonos conectados a la Web, y otras herramientas.

Los competidores incluyen nombres familiares para los que siguieron el caso antimonopolio -- AOL, Netscape, Sun, y Oracle-- pero muchos nuevos nombres se han agregado a la lista: Sega, Sony, Red Hat, Symbian, Phone.com, Netphone, AT&T/TCI, 3Com, Yahoo!, Excite, e incluso el previo aliado de Microsoft, Intel.

Algunos, como Red Hat, están utilizando Linux para competir a la par con Microsoft por el control del mercado de sistemas operativos para PC. Otros trabajan para reducir ese mercado usando dispositivos que no son PCs para hacer lo que las PC hacían, y escribiendo programas en lenguajes que pueden ser leídos por computadoras usando cualquier sistema operativo.

Hace una década (en tiempo del Internet), era discutible si Microsoft era un monopolio, pero hoy es incuestionable que Microsoft enfrenta competencia intensa desde mas flancos que nunca antes. La razón para tratar a Microsoft como monopolio se está esfumando con cada mes que pasa mientras que el campo de batalla pasado, el de la PC de escritorio, comienza a ser cada vez menos y menos relevante para los consumidores y la industria IT.

  1. Microsoft no ha actuado de la manera esperada para un monopolio

La historia de la emergencia de Microsoft Windows, de Microsoft Office, y del Internet Explorer a sus posiciones actuales de dominio de mercado no revela los efectos de una "barrera a la entrada," "dependencia de trayectoria," o ninguna otra fuerza contraria al mercado. En cambio, muestra el uso constante de la estrategia de Microsoft de alto-volumen/bajo-precio, combinada con mejoras continuas a la calidad del producto y, en algunos casos, servicio al cliente superiores.

Las cuotas de mercado grandes pueden ser una característica inherente de la nueva economía de Digital, quizás debido a los altos costos fijos y a los bajos costos marginales o el hecho de que el comercio electrónico permite a los consumidores identificar y elegir productos superiores mucho más rápido y precisamente de lo que se podía en la vieja economía. De cualquier manera, existe poca evidencia de que Microsoft hoy tenga poder excesivo de mercado o de que los consumidores estarían mejor si se favoreciera de alguna manera en el futuro a los competidores de Microsoft.

El lenguaje de la ley de Sherman es tan ambiguo que cualquier empresa que funciona actualmente en los Estados Unidos podría ser designada como para ser procesada, no importa cuales sean las prácticas de negocio con las cuales se manejen. Al ser la "red" tan grande, se le da a los políticos y a los oficiales del gobierno un poder discrecional sobre cuales compañías apuntar como blanco, un poder tal que los observadores pensantes, desde Adam Smith y los Padres de Fundadores hasta muchos economistas actuales dirían que es justamente el opuesto de lo que es necesario para que una economía funcione eficientemente.

  1. Las prácticas de negocio de Microsoft son pro-consumidores.

Las mismas prácticas de negocio definidas como antimonopolicas por el Ministerio de Justicia son utilizadas rutinaria y legalmente por otras compañías en industria de IT y en otras industrias. Microsoft valuó a Windows y sus aplicaciones de una manera que sugiere que la compañía tiene competidores de gran alcance listos para incorporarse al mercado a menos de que los precios sean mantenidos bajos y la calidad alta. Su práctica de dar descuentos a los fabricantes de computadoras que ayudan a desarrollar nuevas versiones de Windows, incluir hardware para tener ventaja completa sobre Windows, y promover el nombre de Windows, son  practicas en otras industrias que trabajan beneficiando a sus consumidores.

Que el tribunal de primera instancia del antimonopolio encontrara descuentos, lenguaje agresivo usado en correos electrónicos internos, y un desacuerdo de contrato con Sun Microsystems, como evidencia de violaciones antimonopolio demuestra cuan fácilmente las legislaciones relativas al antimonopolio pueden ser manipuladas contra casi cualquier compañía -- incluso contra una compañía que debe su éxito a que continuamente mejoran sus productos y bajan sus precios. Cualquiera sea el resultado final del conflicto de contrato entre Sun/Microsoft, un conflicto sobre la interpretación de contratos no es una violación a las leyes antimonopolio y no tendría que estar en el centro de un juicio de antimonopolio.

  1. Microsoft ganó la guerra de los  "browsers " produciendo un producto mejor.

Durante tres años, el Netscape Navigator tuvo un monopolio en el mercado del "Web browser'. Perdió ese monopolio cuando Microsoft introdujo el Internet Explorer (IE), gradualmente mejorado su calidad, y en 1997 comenzó a dar el IE gratuitamente a clientes minoristas, y estimular a otras compañías a que lo integren en sus programas. Debido a la adquisición de America Online sobre Netscape, es probable que el Navigator sea de nuevo el líder de mercado alguna vez en 2001.

Es desconcertante que el Ministerio de Justicia elegiría pasar por alto el monopolio de Netscape y sus prácticas (pasadas y actuales) contra los consumidores y en su lugar apunte a la compañía que rompió un mercado monopolizado y otorga gratuitamente un producto superior. Como fue verdadero en el caso contra Windows, las prácticas de negocio usadas por Microsoft para promover el IE no eran exclusivas e invariablemente veladas para el beneficio de consumidores.

¿Entonces porqué el Jihad legal contra Microsoft? La compañía fue víctima de una mala política industrial. Los oficiales gubernamentales intentaron escoger un "ganador": un "Web browser", pensaron erróneamente, tendría el potencial de convertirse en una plataforma para usos que podría ayudar eventualmente a otra compañía a competir con éxito contra Microsoft Windows en el mercado de sistemas operativos. La decisión de Microsoft de lanzar y agresivamente promocionar su propio Web browser -- un browser que la mayoría de los editores de las revistas de computación dicen que es superior a los de los reguladores" elegido numero uno -- arruinó el plan y desconcertó a sus autores.

6. El castigo propuesto por el juez Jackson no tiene relación con las acusaciones contra Microsoft.

Las rectificaciones que impusieron contra Microsoft (con una excepción) no tienen nada que ver con la supuesta conducta ilegal de la compañía. En particular, la propuesta de separar la compañía en compañías de Sistemas Operativos y Aplicaciones va mas a allá de lo que sería necesario parar terminar con el comportamiento monopólico. La orden es radical (sin precedente) y parece reflejar el resentimiento de un juez y un Ministerio de Justicia humillado, más que un sincero esfuerzo por lograr justicia.

No es sorprendente, que las sanciones que no tienen relación alguna con los crímenes alegados fallaran en producir los resultados deseados. Los consumidores no serán beneficiados. Dividir Microsoft, según un estudio, forzaría a los consumidores americanos  a gastar entre $50 billones y $125 billones de dólares más en software en un período de tres años. No va a surgir competencia. La innovación, lejos de ser alentada, será aplastada bajo el pulgar de los burócratas del Ministerio de Justicia. Todas las compañías y todas las industrias que se fían de las nuevas tecnologías digitales -- y es cada vez mas difícil encontrar a alguna que no lo haga -- serán damnificadas directa o indirectamente por las rectificaciones propuestas.

7. Los problemas de antimonopolio antes de la era Digital y el caso de Microsoft.

Una revisión de la historia de las legislaciones y  los procesamientos relativos a la competencia revela que la intención original de los legisladores era la de proteger a los productores contra los bajos precios, más que a los consumidores del poder del monopolio. Es mas probable que los casos de monopolio sean invocados cuando los precios están cayendo y los consumidores se están beneficiando, que cuando los monopolistas están abusando de su poder de mercado.

Una mirada cercana a los " casos mas famosos de antimonopolio" -- el caso de "Standard Oil" de 1906, el caso de Alcoa en 1937, y la desintegración de AT&T en 1981 -- revela los mismos patrones de fallos arbitrarios, indiferencia hacia los consumidores, y la interferencia política en cuanto a la administración de la justicia como se vio en el caso de Microsoft de 1998. La incorrecta interpretación de estos casos constituye muchos de los "hechos" y casi todo el vocabulario usado para defender legislaciones antimonopolio de sus críticos.

Las compañías de alta tecnología pueden observar la historia de la industria del transporte como modelo de las opciones que enfrentan. La industria del ferrocarril siguió un camino de fuerte regulación, que creó un legado de ineficiencia y bancarrota que continúa hasta el día de hoy. Por ejemplo, los trenes de pasajeros hoy, llegan a menos del 1 por ciento de todos los viajes. En contraste agudo está la industria automotriz, que estuvo ligeramente regulada. Hoy esta industria se caracteriza por la innovación, crecimiento, y sensitividad hacia los consumidores.

8. Las leyes antimonopolio deberían ser revisadas o derogadas completamente.

La persecución a Microsoft no es un caso aislado de excesivo procesamiento. Es el caso emblema del antimonopolio a principios del siglo veintiuno. La División Antimonopolio del Ministerio de Justicia promete en alta voz que el caso Microsoft es la vanguardia de muchos más casos de la economía Digital a seguir. Las consecuencias para las compañías de informática y todas las compañías basadas en ellas serán de hecho calamitosas.

Si el caso de Microsoft es lo mejor que la División Antimonopolio tiene para ofrecer a América, entonces no hay razón para tener la ley Sherman. La ley Sherman es hoy lo que siempre ha sido: una herramienta para que los competidores perdedores puedan ganar en la arena política lo qué no pudieron alcanzar satisfaciendo clientes en el libre mercado. La rapidez de la era digital hace mas difícil fiarse de las burocracias gubernamentales hoy, que en el pasado. Hace mucho tiempo que llego la hora de derogar la nociva ley Sherman.


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